No se por donde empezar, creo que
nunca he hablado de mis fantasías. No así al menos. Podría comenzar con mi
primera fantasía sexual la primera que tuve en mi vida siendo adolescente y que
lleno muchas de mis noches. Yo era una esclava, había sido regalada para
hacer un regalo. Nada más que al mismísimo rey (tuareg) que cumplía 30 años. Yo tendría unos 12
o 13 .Solo aceptaban regalos de mujeres vírgenes para ese evento y yo lo
era. Joven fresca e ingenua. Nunca había conocido varón
y desconocía todo lo referente al sexo. Lo único que sabía es que tenía
que hacer todo lo que me dijeran, obedecer sin rechistar. Me llevaron a
una sala grande blanca y llena de chorros de agua junto a unos baños enormes.
Todo era blanco, reluciente y lleno de flores y de toallas y linos blancos
para secarse, columnas y jarras, allí me llevaron a unos chorros y me
desnudaron, sentí mucha vergüenza, aunque todo eran mujeres las que allí
estaban. Empezaron a enjabonarme con sus manos y una especie de champú blanco
en crema. Pasándome las manos por cada rincón de mi cuerpo, despacio muy
despacio.
Como si me saborearan, hundían
sus dedos en mi carne, dándome un masaje a la vez que lo hacia. Me
lavaron la cabeza también masajeándome el pelo unas y otras seguían con
mi cuerpo y me tocaban por dentro de mi sexo haciéndome sentir incomoda pero
despertando en mi cierto deseo. No dejaron ni un solo centímetro de mi cuerpo.
Despues me secaron bien, me perfumaron y me pusieron una toga blanca con escote
abierto adelante enseñando mis pequeños pechos aun crecientes. Después me
llevaron a otra sala y allí espere junto a otras muchachas como yo que
esperaban lo mismo. Después me entere de que era un regalo mas, algo que su
majestad el príncipe usaría y después desecharía. Entonces podrían venderme a
cualquiera que diera algo por mí. Seria cotizada por haber sido usada por el
mismo príncipe. Y bueno espere el momento
Fue cuando vinieron a buscarme,
me llevaron a una habitación muy grande
Con una cama con dosel blanco,
llena de almohadones una alfombra en el suelo y al fondo un gran ventanal
que daba a un balcón. Me tumbaron en la cama, me taparon los ojos con un
pañuelo y cubrieron mi cuerpo. Así estuve esperando hasta que oí pasos
cerca de mí, y note como me quitaban la sabana que cubría mi cuerpo. Después
sentí como recorría mi cuerpo con sus manos. Sentí mucho calor un fuego
inmenso y mucho pudor. Sus manos eran grandes pero delicadas, tocaban con
firmeza pero con cuidado como si no quisieran romperme. Después me beso todo el
cuerpo y yo me estremecí de placer. Me toco hurgó dentro de mi sexo y sentí
como mi libido ascendía a través de mis pechos que se ponían duros y
parecían a punto de estallar, le oía sonreír mientras lo hacia. Me toco, me
metió los dedos y los movió con tal maestría que me note como mi cuerpo explotaba
como una naranja exprimida. Despues le sentí encima de mí, despacio. Sentí su
miembro duro contra mi buscando mi gruta dormida que había despertado
para el. Me sujeto las piernas y me las separo, yo las juntaba en un instinto
hasta que cedí en el empeño sabiendo que era inútil mi lucha. Fue entonces
cuando le sentí dentro y un dolor agudo me invadió. Comencé a llorar
calladamente, no quería molestar a mi dueño, el siguió hundiéndose en mi con
fuerza hasta que se dio cuenta de mis lagrimas. Fue entonces cuando empezó a
acariciarme despacio y a penetrarme de otro modo, mas pausado, más suave. Poco
a poco un poco más y más hasta que consiguió que su miembro entrara
entero en mí y en ese momento fue cuando yo empecé a sentir, le agarre de sus
hombros esperando más cercanía. No dejaba de sentir cosas extrañas, sensaciones
nuevas, mágicas, me encontraba flotando solo deseaba que el siguiera que no
parara así una y otra vez… entonce me abandone a mi deseo, nos amamos toda la
noche y así es como pase a ser la favorita de mi Dueño.
Dama De Hielo
Me he quedado con ganas de más, pero es muy excitante.
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