Comenzó por masajearme la espalda y el cuello con movimientos lentos, pero fuertes, recorriendo cada uno de mis músculos que al paso de sus manos se descontractaban y relajaban. Sus manos eran grandes y fuertes, pero tenían una sensibilidad extraordinarias y una suavidad que nunca hubiera imaginado en las manos de un hombre. Allí estuvo un buen rato, haciendo virguerías con mi espalda que ya ni la sentía, es como si me hubiera abandonado. Pero ese mismo placer en la espalda hacia que mi cuerpo se pusiera cada vez más tenso. Cosa de la que él se percato porque me dijo que me encontraba tensa, que tenía que relajarme. Me pregunto que si quería un completo. Que así me iría nueva. Yo estaba mareada, no me podría levantar de allí ni aunque hubiera un fuego, y ya otra vez me habían dado un completo y me había gustado, claro que no me lo había dado un hombre como aquel. Cuando el hablo del completo mi mente se puso a viajar y fantasee con la idea de ligar con él. Le dije que sí. El fue a por otro aceite, este olía a vainilla era mas dulzón que el anterior que parecía más balsámico. Se unto aceite en las manos , las froto y a continuación siguió con los muslos, recorriéndolos de abajo arriba y de arriba abajo. Cuando sus manos se acercaban a mi entrepierna no podía reprimir un estremecimiento de placer y sensualidad, mientras mi sexo seguía desprendiendo jugos, que llegado ese momento, habían empezado a mojar mis braguitas.
“¿Le importaría darse la vuelta, señora?”
Me la di, exponiendo mis pechos y mi pubis cubierto por mis braguitas a su mirada. Al darme la vuelta y tumbarme boca arriba, había dejado mis piernas ligeramente entreabiertas, por lo que no podía dejar de ver mi braguita mojada. Con los ojos entrecerrados vi como su mirada se detuvo en mi sexo, y sentí que el deseo sexual se apoderaba de él y como el bulto de su entrepierna creció ligeramente.
Comenzó con mis muslos, igual que antes de arriba abajo y de abajo arriba, pero ahora noté que sus manos se acercaban más que antes a mi entrepierna. Sentía como mi humedad iba aumentando hasta resbalar por mi sexo, humedeciéndome el canalillo entre éste y el ano. Mi humedad era algo obvio, algo que no podía pasar desapercibido Era algo de lo que no podía dejar de darse cuenta y por el tamaño que iba adquiriendo su paquete era evidente que se había dado cuenta de mi excitación y deseo.
Sus manos cada vez se acercaban más y más a mi entrepierna, hasta que cada vez que subían por mis muslos llegaban a rozar ligeramente mi sexo.
El deseo que sentía era cada vez mayor, mi sexo estaba empapado y deseaba más con cada roce la penetración. Cuando sus manos rozaron de nuevo mi sexo, abrí mis piernas, lo suficiente para hacerle entender que deseaba otra clase de masaje más íntimo y sexual. Le toque su abultado paquete y sentí como su pene se revolvía por salir. Se me hizo la boca agua. El me miro, sonrió y dirigiéndose hacia la puerta la cerró con llave. Al llegar a la camilla se desnudo, se acerco a mi me quito la braguita y se echo encima mío , penetrándome de un solo golpe al mismo tiempo que su boca buscaba y encontraba la mía y su lengua penetraba hasta el fondo de mi garganta. Sus besos me encendieron y mi vagina se cerró en un acto reflejo al sentir su pene dentro de mí, apretándolo en un movimiento involuntario como para no dejarlo salir. Sentía sus empujones en el fondo de mi sexo, dándome un placer intenso, al mismo tiempo que sentía su cuerpo fuerte y musculoso sobre el mío, apretándome los pechos con el suyo y su lengua apresando la mía, lamiéndome la cara, besándomela entera, tirando de mi pelo, mordiendo los lóbulos de mis orejas. Yo me aferre a sus bíceps, musculosos y duros. Levanté mis piernas, apresando sus nalgas con mis pantorrillas, y su pene penetró más profundamente dentro de mí. La oleadas de placer previas al orgasmo empezaron a recorrer mi cuerpo, hasta que sentí como si todo mi cuerpo estallara mientras mis piernas le empujaban más adentro de mí y mi vagina apresaba su pene como para impedirle salir.
Al sentir mi orgasmo sus movimientos se aceleraron haciéndose más rápidos y más profundos hasta que estalló, a su vez, su orgasmo, que culmino con un breve bufido animal. Eso aun me excito mas , sentí su semen caliente golpeando el fondo de mi sexo y las pulsaciones de su pene dentro de mí, entonces sentí un segundo orgasmo, más suave y pequeño que el primero, pero no por ello menos agradable y excitante.
Después se levanto, me sonrió yo también me levante , me indico la puerta del baño y allí me dirigí para lavarme. Cuando Salí estaba ya vestido y sentado delante del biombo había puesto mi ropa delante de este en una silla. Me miro , miro la ropa y en un susurro me dijo vístete aquí delante. Y así lo hice. Cuando termine se acerco a mí. Me cogió de la cintura y me susurro al oído…
Creo que con una sola sesión no habrá bastante, yo aconsejaría alguna mas, y con otro tipo nuevo de masaje. Cuando salgas pídele a la recepcionista que te haga la ficha y le dices los días que quieres venir. Me sonrió, abrió la puerta y se despidió con un. Espero que el masaje le haya sentado bien y su espalda vaya mejorando.
En ese momento supe que mi espalda tardaría en curarse.
continuara...
Dama De Hielo
Revisé por las dudas,
ResponderEliminarpero si si... lo leí!
(mentira =O
el curioso vino por las imagenes! jajaja)
feliz noche