Cerré el chat, el PC y me fui al baño. Fue cuando
pensé que estaba medio loca, pero que narices a veces hay que hacer locuras y
esa semana había sido de lo más aburrida. Me di una buena ducha, después me
embadurne el cuerpo de aceite de chocolate, deje que mi piel se impregnase y me
seque. Fui al dormitorio y busque en mi lencería. No sabía que ponerme si ir de
negro, que es elegante y sexy o de blanco sexy pero más inocente, al final me
decidí por el blanco. Ya que busque en el armario y decidí ponerme un vestido
de gasa vaporoso de color beige con florecitas azules y malvas. De cintura
entallada y de amplio vuelo aunque corto por encima de las rodillas. Me puse
unas sandalias altas azul celeste, en el mismo tono que el cinturón de tela del
vestido. Cubrí una de mis muñecas de pulseras plateadas, en la otra coloque un
reloj atado con tela azul y cubrí mis dedos de anillos plateados finos y
ligeros. Esa misma tarde había pintado mis uñas en marfil con manicura
francesa. Mis orejas con pendientes pequeñas de agua marinas. El pelo suelto
con un medio recogido al lado izquierdo del cabello. Unas gotas de perfume. Mi
boca impoluta, limpia y blanca. Y mi rostro maquillada suavemente con tonos
pastel y tan solo brillo permanente en los labios. Me encontraba perfecta. Salí
de casa y decidí ir andando, ese sitio no estaba lejos e iba con tiempo. Por el
camino mi mente no dejaba de pensar, Estoy loca no sé ni cómo es, y si es un
tío canijo, y si es horrible, o un zumbado, mira que estoy loca. En fin siempre
puedo despedirme e irme. A la hora convenida me encontraba llegando a la puerta
de Brouní, me puse a mirar a ver si deslumbraba a alguien esperando. No se veía
a nadie, aparte de un grupo de chicos que debían de estar haciendo tiempo para
entrar o esperando a alguien. Me puse cerca de ellos a esperar, si en un rato
no venia entraría y me tomaría algo por mi cuenta sin más. Uno de los chicos se
acerco a mí y me dijo: eres Dama? Me quede mirándole perpleja, era demasiado
joven. Le dije si y me dijo alargando su mano y dándome un sobre, esto es para
ti, de parte de tuareg, me dijo que lo leyeras.
Cogí entre mis manos el sobre, seguramente el se
había arrepentido y era la disculpa, la excusa para no venir. Lo abrí y leí.
Querida Dama, veo que estas esperándome, no esperaba
menos de ti, mi instinto nunca me falla. Ahora empieza el deshielo, a partir de
este momento mi voluntad será tu voluntad. Harás todo aquello que yo te diga
sin rechistar, TODO. Si en cualquier momento no deseas seguir, serás libre de
coger y marcharte sin más, pero si quieres quedarte deberás hacer todo aquello
que yo te diga y como te lo diga.
Mi primer deseo es que vayas hacia la esquina de
tu derecha, allí hay una ventana con barrotes, en uno de ellos encontraras un
pañuelo negro, lo cogerás y te lo pondrás en los ojos, oirás un coche parar, yo
bajare y te abriré la puerta del coche, te ayudare a entrar en él, a partir de
ese momento no hablaras a no ser que yo te pregunte o te diga que puedes
hacerlo, si lo haces todo terminara ahí. Te dejare 10 minutos para que lo
pienses. Recuerda que harás todo lo que yo te pida sin rechistar. Serás mía, si
decides irte no pasara nada si te quedas yo romperé tu hielo y acabaras desecha
en mis brazos deseando mucho mas.
Cerré el sobre mire alrededor intentando encontrar
al dueño de la misiva. Miles de preguntas se agolpaban en mi cabeza. ¿Y si es
un loco, un demente? ¿Cómo que hare lo que él quiera? ¿Pero que se habrá creído
el gilipollas? ¿? Ni que fuera un dios? Sera prepotente. Pero me sentía húmeda,
mi cuerpo estaba excitado ante lo desconocido, la letra era bonita, cultivada.
Hacía mucho que no sentía una sensación así, era morboso, y mi cuerpo estaba
encendido como pura candela. Era eso o tomar una copa aburrida, aguantar
seguramente a algún tipo al que mandaría después a freír espárragos, eso o
bucear en lo desconocido. Dejarme llevar y entrar en su juego. Parecía muy
seguro de sí mismo y sobretodo parecía muy seguro de poder doblegarme y
manejarme. Eso me hizo estremecer, mire el reloj, llevaba 7 minutos dándole
vueltas. Era el momento de tomar una decisión. Respire hondo y me dirigí hacia
la ventana, efectivamente allí había un pañuelo negro. Mire alrededor como
última esperanza de encontrarle y para cerciorarme de que no había nadie
mirando. Me ate el pañuelo alrededor de los ojos y me quede allí quieta
escuchando. Es curioso como cuando uno carece de visión se acentúan otros
sentidos. Allí estaba yo quieta percibiendo mi respiración agitada, a lo lejos
escuchaba gente hablando y oía algunos vehículos pasar cerca, pero ninguno
paraba, me estaba impacientando cuando de pronto oí un motor parar cerca y el
ruido de una puerta abrirse y cerrarse. Escuche pasos y sentí como una fuerte
mano me cogía de la mía. Mi cuerpo tembló de pronto y oí cerca de mí oído en un
susurro casi imperceptible: tranquila ya estoy aquí, ya estas a salvo, y con
delicadeza acerco la otra mano a mi cintura y comenzó a andar hacia el auto
moviéndome a él como si de un baile se tratara, con movimientos suaves. Abrió
la portezuela, puso una mano sobre mi cabeza para que no me diera con el techo
y me invito a entrar al auto y sentarme, cerró la puerta y le escuche entrar y
cerrar la suya.
Continuara...
Continuara...
Isaboa.
Hola Isaboa, buenas noches,
ResponderEliminarnooooo como dejas esto así?
=)
esperaré la siguiente, seguro que es la parte picante! =)
Este relato es de locos,
quién sube a un coche desconocido y con los ojos vendados?
mmmm un loco! =)
Te deseo una bonita semana
besitos
Hola Ariel, gracias por venir a visitarme.jjjjjjjjjjjj si de locos, pero es una fantasia y el ser humano es un loco al que le gustan los retos(al menos a mi)claro que hay continuación y espero sorprenderte un poquito al menos para que sigas visitandome.que tengas una bonita semana.Besitos
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ResponderEliminaroye dond esta la primera parte?
ResponderEliminarPues aqui en esta pagina donde has leido la segurna parte, a la derecha debajo del texto pone entradas antiguas, le das y sale.Bss
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